Qué ver y qué hacer en Santo Domingo

Recorrer las calles de Santo Domingo es respirar la historia viva de América, reflejada en los edificios del que fue el primer asentamiento europeo en el Nuevo Mundo. La Catedral Primada de América, el Alcázar de Colón o el Museo de Casas Reales, son algunos ejemplos de esta arquitectura colonial. Pero también es descubrir una ciudad moderna y llena de vida, la del Malecón, la calle El Conde, el barrio de Gazcue o el Faro de Colón, con galerías de arte, centros comerciales y gastrobares que se mueven a ritmo de bachata. 

Los amantes del deporte y la naturaleza también podrán disfrutar de planes muy dominicanos como acudir a un partido de beisbol en el Estadio Quisqueya o visitar el exótico mundo subterráneo del Parque Los Tres Ojos. A continuación, te proponemos algunos lugares imprescindibles de esta ciudad vital y sorprendente, declarada en el año 1990 Patrimonio Mundial de la Humanidad por la Unesco. 

La Zona Colonial de Santo Domingo es una de las señas de identidad de la República Dominicana y su principal atractivo turístico. Más allá de su imponente belleza, este laberinto de callejuelas adoquinadas, que alberga palacios, iglesias, castillos y fortalezas castellanas, es también una de las mejores muestras del primer urbanismo español en América. 

La plaza del Parque de Colón (presidida por su estatua) es el centro neurálgico de la ciudad colonial y uno de los lugares más concurridos, por su agradable sombra y sus terrazas llenas de vida. El espacio, rodeado de excepcionales muestras de arquitectura colonial, está presidido por la Basílica Menor de Santa María de la Encarnación, también conocida como la Catedral Primada de América. 

La Catedral Primada de América es el primer gran centro religioso de América y una de las últimas catedrales góticas del mundo. Inspirada en templos castellanos, como las catedrales de Sevilla y la de Las Palmas de Gran Canaria, la catedral dominicana es la más medieval de los grandes templos americanos, y su grado de conservación es casi perfecto. El interior gótico, sombrío, contrasta con su espectacular portada plateresca.

Al final de la calle de Las Damas, cuyo nombre hace referencia a las elegantes señoras españolas que, durante años, pasearon por esta vía sus mejores galas en los paseos dominicales, se encuentra el Museo de las Casas Reales. Excelente ejemplo de la transición del gótico al renacimiento, este edificio albergaba las antiguas oficinas de la corona, construidas a principios del siglo XV. Hoy muestra importantes tesoros documentales, cartográficos y numerosas obras de arte que resumen los más de tres siglos de presencia hispana en la isla. 

Los amantes de la naturaleza están de enhorabuena, puesto que a tan solo ocho kilómetros al este de Santo Domingo se encuentra el Parque Nacional Los Tres Ojos. En este entorno tropical, se pueden recorrer las cavernas subterráneas que utilizaban los pueblos indígenas como refugio y centro ritual. Tras bajar unas escaleras de piedra, una serie de senderos conducen a tres lagunas de agua dulce, azules e iridiscentes. También se puede visitar en una barcaza una cuarta laguna rodeada de majestuosas formaciones rocosas que conforman un magnífico paisaje al aire libre. El recorrido se puede hacer por libre o contratando un guía en las propias instalaciones. Es importante saber que como medida de protección medioambiental está prohibido el baño en todo el parque.  

En República Dominicana el béisbol, o la pelota, como lo llaman los dominicanos, es mucho más que un deporte: es una pasión sin límites, una muestra de amor y de unidad entre hermanos. No hay mejor manera de experimentar esta devoción que asistir al Estadio Quisqueya, el hogar de los Tigres del Licey (azules) y los Leones del Escogido (rojos), para disfrutar de un partido en directo en un ambiente de auténtica fiesta nacional. La temporada de béisbol profesional va desde mediados de octubre hasta finales de enero. En la página web www.lidom.com puedes informarte sobre el calendario de partidos y comprar las entradas. 

Las excursiones siempre son un buen aliciente para escapar del ajetreo de la ciudad. En el propio hotel puedes contratar esta salida de un día a dos destinos emblemáticos de República Dominicana: la Cueva de las Maravillas y los Altos de Chavón. Los tours suelen comenzar en la cueva, el primer museo natural de las Antillas Occidentales de arte rupestre, con pictografías y petroglifos taínos bien conservados que datan de miles de años. A continuación, a tan solo treinta minutos en coche, se encuentra la maravilla arquitectónica de los Altos del Chavón, una villa mediterránea del siglo XVI sobre el río Chavón con pequeños centros de producción artesanal, donde podrás adquirir bellos diseños de piezas tradicionales. Además, el Museo Arqueológico Altos de Chavón alberga una de las colecciones más completas sobre cultura indígena de la República Dominicana. 

Desde Santo Domingo se puede ir de excursión en catamarán a Isla Saona, una reserva natural protegida de 110 km2 y parte del Parque Nacional de Cotubanamá. Tras una deliciosa travesía, con paradas en Palmilla, un tramo de arena blanca con una amplia piscina natural, y Mano Juan, la única zona poblada de la isla, podrás disfrutar del espectáculo de las estrellas de mar y las tortugas marinas en sus aguas poco profundas. Sus costas son de tal belleza que en ellas se rodaron grandes producciones como Piratas del Caribe o el Lago Azul. A 50 kilómetros de Santo Domingo se encuentra otra visita encantadora, el municipio de Baní. Este lugar destaca por su gastronomía, especialmente por los dulces, elaborados con higo, coco, leche y frutas como la guayaba o la cereza. Su fiesta más popular es el Carnaval Regional Banilejo, que se celebra el último domingo de marzo.